domingo, julio 13, 2008

La cabeza de la hidra

"La muerte de todos empieza a los veinte años"

La frase inquietante pertenece al libro, que es igual o peor de inquietante. No es posible leerlo y quedarse impasible ante su historia revelada y su trasfondo sugerido, que es sólo posible atrapar entre líneas. Es la historia de Félix Maldonado, un James Bond del subdesarrollo -según la visión de uno de los personajes- que debe aprender a diferenciar lo verdadero de lo falso, encontrar certezas en medio de las múltiples dudas y luchar contra su apasionado mundo interno para no cometer errores ni tropezar en el enrevesado camino que ha elegido.
El petróleo mexicano es una excusa para contar esta historia que refleja las angustias de un mundo dividido por la Guerra Fría. Félix Maldonado quiere cambiar ese mundo tal como está planteado. Primero, desde su posición de burócrata mediocre. Después, desde su rol de héroe incomprendido, triste y engañado. No quiere que su país, México, sea una ficha más de ese juego entre potencias. Pronto se da cuenta de que la misión que ha emprendido con alma de idealista choca contra las personas involucradas en ese enredijo político que se tiñe de múltiples matices -religiosos, económicos, amorosos- por lo que se termina convirtiendo en enemigo de todos y todo, incluida su propia causa.
A pesar de las diferencias entre los personajes, hay un factor común que los une y es la pasión vestida de diferentes nombres: ambición, amor, envidia, miedo, celos. La pasión es una hidra que renace y se multiplica con sólo cortarle una cabeza. Aunque parece imbatible, la hidra de las pasiones es manejada a su antojo por un aguila bicéfala. Una de las cabezas del águila se llama la CIA. La otra se llama la KGB. Sirviendo a los fines de una, se sirve a los fines de la otra y servirles es obligatorio. Todos los victimarios son a su vez víctimas, cómplices de su contrario, títeres.
"A veces es el pico del águila de Washington el que nos corta la cabeza y se la come; a veces es el pico del águila de Moscú. Pero las tripas de la bestia alada son las mismas y el conducto de evacuación el mismo. Somos las mierdas de ese monstruo". Este fragmento del libro resume muy bien porque la misión de Félix Maldonado es imposible. Es una bofetada al idealista. Es la afirmación del papel de individuos-instrumentos que todas las personas -exceptuando a unos cuantos, como Tito- tuvieron durante la Guerra Fría. Félix no es un héroe porque logra cambiar el mundo, sino porque no deja de intentarlo.
Este libro es mi primera recomendación por varias razones. La primera y más importante es porque gracias a él conocí a Carlos Fuentes. No en el sentido literal - ¡que más quisiera!- sino literario. Este autor es imprescindible no sólo porque pertenece al boom latinoamericano, sino también porque su forma de escribir obliga a ejercitar la mente. Fuentes nunca es evidente; para atrapar sus historias hay que, como dije al principio, aprender a leer entre líneas. Y para mí, ese reto siempre es bienvenido.
La segunda razón es que gracias a este libro, me interesé verdaderamente por la política. Tendría unos 16 años cuando lo leí la primera vez y hasta ese momento nunca había visto este tema desde una perspectiva tan profunda. Después, comencé a instruirme más al respecto y si bien no me considero una experta, creo que ya no soy una presa fácil de ningún águila, bicéfala o no.
La tercera es porque creo que este libro ha sido tratado injustamente. Es poco lo que se puede conseguir en Internet acerca de "La cabeza de la hidra", salvo que se hizo una película basada en el libro, que es una novela negra que poco o nada tiene que ver con el resto del trabajo realizado por Fuentes y que muchos críticos la consideran una obra menor. Yo no estoy de acuerdo. Aunque no alcanza la majestuosidad de "La muerte de Artemio Cruz" -también de Fuentes y tema de un próximo post-, este libro inquietante plantea, a través del personaje de Félix Maldonado, una visión latinoamericana de la Guerra Fría y juega muy bien con los elementos políticos, económicos, religiosos y dramáticos que plantea. Además tiene la cualidad de cambiar con el tiempo - lo he leído tres veces y siempre le encuentro nuevos detalles- y ésta, a mi modo de ver, es la característica que distingue a los buenos libros.
Aunque la frase con la que inicié este post no tiene mucho que ver con el resto del contenido, no pude dejar de mencionarla. Es increíble lo terriblemente aplastante que suena cuando se tienen veinte años o más. Para los que los tenemos es como obligatorio leer ésta y otras obras imprescindibles. Sería imperdonable morirse sin hacerlo.

7 comentarios:

Srta. Acoso dijo...

Excelente libro

Atte.

Srta. Acoso

David Bolivar dijo...

Sin duda alguna el caracter crudo del libro deja al lector conectado a cada situacion y acontecimiento del cual Felix Maldonado es victima. La redaccion es bastante compleja y requiere de atencion por parte de los menos experimentados al tipo de escritos de Carlos Fuentes. Operacion Guadalupe...

Guille dice dijo...

Este libro también me agradó mucho, y ahora, bsucando datos sobre el mismo, me alegra encontrar a otra persona que, en alguna parte del mundo, leyó las mismas hojas y se apasionó tanto como yo. Esa es la magia de la literatura.

Una de las cosas que más me agradaron del libro fue la concepción tripartita del amor de Félix Maldonado, que necesitaba a tres mujeres para sentirse realizado emocionalmente: el amor de esposa, el amor ideal (aquel romántico que nunca llega a concretarse) y el amor pasional. Una gran novela sin duda alguna.

Abrazos =D

Lourdes Fernandez dijo...

Ya había leído Aura, La muerte de Artenio Cruz y varios cuentos de Carlos Fuentes en la preparatoria y por cuestiones escolares cuando cayó en mis manos ya en mis "veintitantos" La Cabeza de la Hidra. Estaba convencida de que era un gran escritor, pero ésta novela en verdad me atrapó con su trama tan interesante en cuanto a tema y forma de estar escrita, no podía dejar de leerla y desde entonces quedé convencida que sin duda Fuentes se merecía el premio Nobel de Literatura, algo que no ocurrió y tal vez es una gran deuda del mundo literario con éste querido escritor. Descanse en Paz

Joanna dijo...

Hola GRAF! Lamento la coincidencia y que mi respuesta llegue justo el día que nos abandona Carlos Fuentes. Si también es uno de tus escritores favoritos (como es mi caso), también debe ser un día triste para ti.
Que bueno saber que te apasionó este libro tanto como a mí. No es de las obras más conocidas de Carlos Fuentes, pero a mí me parece una de las mejores. Fíjate que no había reparado en esa concepción del amor que planteas, pero ciertamente es así. Te agradezco tu comentario ya que nos permite intercambiar ideas y lecturas. Pronto visitaré tu blog, un abrazo!

Joanna dijo...

Hola Lourdes! Ciertamente, La Cabeza de la Hidra es una de las mejores obras de Carlos Fuentes: es compleja, precisa y profunda. Con cada relectura es posible apreciar nuevos detalles y esa naturaleza cambiante la hace, a mi modo de ver, maravillosa.
Comparto tu opinión pero creo que, al igual que sucedió con Borges, no hacía falta el Nobel para que el mundo supiera que era uno de los grandes de la literatura.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

Es buena historia es original y si tiene algo de un james bond mexicano de los años 70´s como tipo comic en ciertas partes la historia se complica