La Novena de Navidad es una celebración que inicia el 16 de diciembre y culmina el 24 del mismo mes. Nueve días exactos, por eso lo de Novena. No sé si es una práctica que se realiza en otros países aparte de Colombia, pero para muchos colombianos era rarísimo que nosotros en Venezuela no la celebráramos. Básicamente una Novena es una reunión familiar que también puede incluir amigos, en la que se reza, se canta y hasta se baila, si hay los ánimos y el espacio necesario.
Tuvimos la oportunidad de participar en la Novena del 24 de diciembre, es decir, la última del año. Y cuando digo participamos es que de verdad lo hicimos. Rezamos ayudados por un librito que indica las oraciones para cada día y cantamos guiados por un cancionero que nos entregaron antes de comenzar. Y de verdad lo necesitábamos, porque no conocíamos ninguna canción típica de la navidad colombiana, salvo “Noche de paz”. Nada de Virgen andina, San José llanero o niño Jesús venezolano.
También tuvimos oportunidad de celebrar un fin de año a lo bogotano. Realmente es muy parecido a como lo celebramos en Venezuela, o al menos en Caracas: la gente se reúne, cena, come uvas y hace la cuenta regresiva. No vi a nadie sacando maletas, pero sé que hay gente que lo hace. La única diferencia la impone la gastronomía: en vez de mis amadas hallacas, tomamos una rica sopa espesa que tiene pollo, mazorca, papa, arvejas, zanahorias y en realidad cualquier ingrediente que se le quiera agregar siempre y cuando armonice con el resto. Es el famoso ajiaco, plato típico de Colombia, que se toma en grandes platos soperos que lo dejan a uno lleno hasta por una semana. Pero también es costumbre repetir y casi una falta de educación no hacerlo. Pero esto forma parte de la experiencia gastronómica que ha representado Bogotá y evidentemente, tema de otro post.
Joanna Ruiz Méndez
Tuvimos la oportunidad de participar en la Novena del 24 de diciembre, es decir, la última del año. Y cuando digo participamos es que de verdad lo hicimos. Rezamos ayudados por un librito que indica las oraciones para cada día y cantamos guiados por un cancionero que nos entregaron antes de comenzar. Y de verdad lo necesitábamos, porque no conocíamos ninguna canción típica de la navidad colombiana, salvo “Noche de paz”. Nada de Virgen andina, San José llanero o niño Jesús venezolano.
También tuvimos oportunidad de celebrar un fin de año a lo bogotano. Realmente es muy parecido a como lo celebramos en Venezuela, o al menos en Caracas: la gente se reúne, cena, come uvas y hace la cuenta regresiva. No vi a nadie sacando maletas, pero sé que hay gente que lo hace. La única diferencia la impone la gastronomía: en vez de mis amadas hallacas, tomamos una rica sopa espesa que tiene pollo, mazorca, papa, arvejas, zanahorias y en realidad cualquier ingrediente que se le quiera agregar siempre y cuando armonice con el resto. Es el famoso ajiaco, plato típico de Colombia, que se toma en grandes platos soperos que lo dejan a uno lleno hasta por una semana. Pero también es costumbre repetir y casi una falta de educación no hacerlo. Pero esto forma parte de la experiencia gastronómica que ha representado Bogotá y evidentemente, tema de otro post.
Joanna Ruiz Méndez
1 comentario:
Para ampliar esta reseña, coloco aquí el único villancico que recuerdo de mi niñez y que lo cantamos en la navidad pasada:
Los pastores de Belén
vienen a adorar al Niño
la Virgen y San José
lo reciben con cariño
(CORO)
Tutaina tuturuna
tutaina tuturumaina
tutaina tuturuma turuna
tutaina tuturumaina
Tres reyes vienen también
con incienso, mirra y oro
a ofrendar a Dios su rey
con el más grande tesoro.
Tutaina tuturuna
tutaina tuturumaina
tutaina tuturuma turuna
tutaina tuturumaina
=)
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