Desde el primer
día en Buenos Aires, mi familia y yo entendimos que teníamos que aprovechar el
tiempo al máximo. Nos exigimos cumplir con apretadas agendas de viajeros para
poder conocer diferentes lugares en el menor tiempo posible. Fue así como en un
día visitamos el Cementerio de la Recoleta, la Basílica Nuestra Señora del
Pilar, la Floralis Generica, el Parque Thays y el show Señor Tango. Aunque
todos los lugares poseen su encanto, hoy me enfocaré en el primero.
El Cementerio de la Recoleta es un espacio que da cabida a
construcciones imponentes que son un verdadero homenaje al arte y a la
arquitectura. No sé cómo les irá a los otros turistas, pero yo pensé poco en la
muerte estando allí. Preferí deleitarme con la belleza de esos mausoleos
inmensos y esas estatuas magníficas. Sin embargo, admito que sí logró
conmoverme la historia de Liliana Crocciati.
La estatua de Liliana representa a una muchacha delgada de cabello
largo que viste su traje de novia. A su lado, se encuentra su perro Sabú.
Cuentan los guías que la joven murió durante su luna de miel sepultada por una
avalancha de nieve. Tenía veinte años. Confieso que la visión de esa muchacha
con su mascota, su muerte temprana y su historia de amor desperdiciado me
estrujaron el alma.
En el Cementerio de la Recoleta descansan muchos personajes ilustres
como Bartolomé Mitre, Domingo Faustino Sarmiento y Raúl Ricardo Alfonsín. Sin
embargo, el mayor atractivo del lugar -aunque suene algo morboso- es la tumba
de Eva Perón, frente a la cual se arma una eterna fila de turistas que quieren
fotografiarla. El Cementerio de la Recoleta era un lugar exclusivo para
millonarios y personajes de cuna, por lo que un guía turístico nos dijo que la
tumba de Evita en aquel lugar representaba una batalla que ella le había ganado
a los oligarcas después de muerta, al mejor estilo del Cid Campeador. No sé si
él se inventó este símil glorioso, pero no sería raro: el muchacho nos confesó,
con orgullo en la voz, que Evita era la mujer más importante en su vida después
de su mamá.
Mi única recomendación para visitar el Cementerio de la Recoleta es que se haga con un guía. No hay duda de que conocer las historias de las personas
para las cuales se crearon los imponentes mausoleos y las estatuas magníficas
le brindan otra dimensión a este lugar y hacen de esta visita una experiencia mucho más interesante.
Joanna Ruiz Méndez
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