Una de las cosas que le agradezco a mi trabajo actual es que me acercó a un tema que siempre me ha interesado: el ambiente. Entre tanto derrame petrolero, basura radiactiva, extinción de especies y global warming, creo que estar al día en la temática ambiental no sólo es deber de biólogos y ecologistas, sino también de todos los ciudadanos en general.
Como periodista, considero que el papel de los medios de comunicación –y de los profesionales que en ellos laboran- es especialmente importante en la construcción discursiva y social del problema ambiental. Y aunque pienso que cada vez se abren más espacios para el ambiente como fuente, siento que aún falta brindarle la significación que esta temática merece.
Creo que muchos comunicadores sociales necesitan entender que el tema ambiental no es un tópico “aparte”, sino que involucra aspectos sociales, económicos y políticos que atañen a todos los integrantes de esta sociedad globalizada. El ambiente, como tema, no implica solamente los aspectos evidentes como la contaminación, el calentamiento global o la pérdida creciente de la biodiversidad. También requiere –y exige- un análisis agudo y profunda investigación sobre el rol que empresas, Estados, comunidades y ciudadanos han desempeñado y desempeñan en el problema ambiental. Este conocimiento es un valioso aporte a la colectividad y podría ser un factor importante de cambio, así sea a escala local, en la forma en que los ciudadanos asumen su entorno.
También considero que la construcción mediática y social que se ha hecho de los ambientalistas debe empezar a cambiar. En un libro excelente que estoy leyendo de Antonio Pasquali – Del futuro, hechos, reflexiones, estrategias-, el autor afirma: “Hemos dejado solos a los ambientalistas, permitiendo que el sistema mediático los convierta en excéntricos y en exagerados”. Es verdad. Aunque nos suenen alarmistas o no queramos escuchar verdades que después nos puedan robar minutos de sueño, no se puede juzgar como hippies o exagerados a las personas que hacen algo por la ecología local, nacional o mundial o se atreven a denunciar a grupos poderosos para salvar unas cuantas hectáreas en la selva amazónica. Los medios de comunicación deberían darle mayor difusión a la labor de las ONG, fundaciones, asociaciones y grupos que trabajan por la naturaleza y en general, a las problemáticas, características y logros relacionados con el tema ambiental. Ciertamente genera más curiosidad la vestimenta de las artistas en la alfombra roja que un ecologista promoviendo la defensa de la naturaleza, pero es hora de aclarar prioridades en las temáticas periodísticas y pensar en el aporte que cada información genera –o no- para construir una mejor sociedad.
Pienso que nuestra labor social como periodistas debería impulsarnos a revalorizar el ambiente como un tema de interés mediático. Entiendo que a veces las políticas editoriales se inclinan por ciertos temas porque aseguran audiencia, periódicos vendidos, pautas publicitarias. En fin, dinero. Sin embargo, hoy que contamos con las redes sociales digitales que nos brindan una oportunidad para comunicar sobre aquello que nos parece fundamental y necesario, no hay excusas para no cumplir con nuestro deber de concienciar. La idea es poder usar todos los medios existentes para ejercer un periodismo verde a plenitud y terminar de valorizar el ambiente como fuente periodística.
Joanna Ruiz Méndez
Como periodista, considero que el papel de los medios de comunicación –y de los profesionales que en ellos laboran- es especialmente importante en la construcción discursiva y social del problema ambiental. Y aunque pienso que cada vez se abren más espacios para el ambiente como fuente, siento que aún falta brindarle la significación que esta temática merece.
Creo que muchos comunicadores sociales necesitan entender que el tema ambiental no es un tópico “aparte”, sino que involucra aspectos sociales, económicos y políticos que atañen a todos los integrantes de esta sociedad globalizada. El ambiente, como tema, no implica solamente los aspectos evidentes como la contaminación, el calentamiento global o la pérdida creciente de la biodiversidad. También requiere –y exige- un análisis agudo y profunda investigación sobre el rol que empresas, Estados, comunidades y ciudadanos han desempeñado y desempeñan en el problema ambiental. Este conocimiento es un valioso aporte a la colectividad y podría ser un factor importante de cambio, así sea a escala local, en la forma en que los ciudadanos asumen su entorno.
También considero que la construcción mediática y social que se ha hecho de los ambientalistas debe empezar a cambiar. En un libro excelente que estoy leyendo de Antonio Pasquali – Del futuro, hechos, reflexiones, estrategias-, el autor afirma: “Hemos dejado solos a los ambientalistas, permitiendo que el sistema mediático los convierta en excéntricos y en exagerados”. Es verdad. Aunque nos suenen alarmistas o no queramos escuchar verdades que después nos puedan robar minutos de sueño, no se puede juzgar como hippies o exagerados a las personas que hacen algo por la ecología local, nacional o mundial o se atreven a denunciar a grupos poderosos para salvar unas cuantas hectáreas en la selva amazónica. Los medios de comunicación deberían darle mayor difusión a la labor de las ONG, fundaciones, asociaciones y grupos que trabajan por la naturaleza y en general, a las problemáticas, características y logros relacionados con el tema ambiental. Ciertamente genera más curiosidad la vestimenta de las artistas en la alfombra roja que un ecologista promoviendo la defensa de la naturaleza, pero es hora de aclarar prioridades en las temáticas periodísticas y pensar en el aporte que cada información genera –o no- para construir una mejor sociedad.
Pienso que nuestra labor social como periodistas debería impulsarnos a revalorizar el ambiente como un tema de interés mediático. Entiendo que a veces las políticas editoriales se inclinan por ciertos temas porque aseguran audiencia, periódicos vendidos, pautas publicitarias. En fin, dinero. Sin embargo, hoy que contamos con las redes sociales digitales que nos brindan una oportunidad para comunicar sobre aquello que nos parece fundamental y necesario, no hay excusas para no cumplir con nuestro deber de concienciar. La idea es poder usar todos los medios existentes para ejercer un periodismo verde a plenitud y terminar de valorizar el ambiente como fuente periodística.
Joanna Ruiz Méndez
MI querida Joanna, gracias por sumarte a estas reflexiones que seguramente van a conducir a acciones tuyas y de algunos de los que te lean, porque seguro como dices ALGO QUEDA!!!!! en el momento que nos damos cuenta de la tranvesalidad que tiene el ambiente en nuestras vidas es cuando comenzamos a tomarlo en serio.
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