Desde que la sociedad asumió que por regla general todo crítico es valiente o irreverente, todo el mundo quiere criticar. Es un vicio que se consume de forma pública o privada, con gusto o con culpa, por inercia o con plena y fanática conciencia. Y como todo vicio, no conoce de clases sociales, razas o religiones: criticar está al alcance de todos.
Pero si bien criticar es un denominador común, no todo el mundo hace las mismas críticas. Hay unas que destruyen, otras que fastidian y las hay totalmente inocuas. Esta es una lista de los tipos de críticas más comunes y sus principales características, para reconocerlas y sobre todo, reconocerse en ellas. Si no le gusta la lista bien puede criticarla: de críticas está hecho este post.
Crítica lugar común: Todos los críticos caerán aunque sea una vez en esta categoría, porque es la crítica que todo el mundo hace. Buenos ejemplos de estas críticas son las que se le hacen a Ratzinger, Bush o Chávez, por poner unos ejemplos. Los objetos de esta crítica tienen que ser situaciones o personas que sean continuamente criticadas, así que no hay que devanarse los sesos inventando algo muy rebuscado para criticar. Eso sí, quien caiga en la crítica lugar común, que se olvide del título de original. Esa crítica la hacen todos, así que es una suerte de crítica popular. Y lo popular es muy normal en estos días, incluso más que criticar.
Crítica estética: Esto es criticar a alguien por su fisonomía o por su estilo y es una crítica bastante común, pero no lugar común porque los criticados no siempre son los mismos y las críticas no siempre son iguales. La crítica estética varía, porque los cánones de lo que es bello o no cambian con la clase social, la cultura y el tiempo. Así que hay esperanza para los que reciben la crítica, porque esa barriga prominente o las prendas que conforman ese armario vergonzoso pueden ser alabados en otro círculo social, en otro lugar o con menos suerte, dentro de muchos, muchos años.
Crítica E!: Esto es criticar a los artistas, generalmente de Hollywood, como si fueran conocidos o amigos íntimos. “¿Por qué Lindsay hizo esa estupidez?” “¡Que fea está Posh Spice!” y “Otra vez Britney”, son los comentarios que más suenan en las bocas de quienes critican a las estrellas hollywoodenses. Este es un buen ejemplo de críticas inocuas porque, por más que las critiquen, esas estrellas seguirán ganando los mismos millones, teniendo las mismas mansiones y con un poco más de suerte, manteniendo la misma fama. Claro, esto no aplica si se es un crítico respetado y reconocido, pero aquí no estamos hablando de expertos, sólo de aficionados.
Crítica entre panas: Esa crítica duele, pero se hace. Es cuando se critica a un amigo, por las razones que sea y a veces sin querer. La crítica al amigo viene acompañada de un ligero remordimiento de conciencia, si fue una crítica pequeña y de una resaca moral, si la crítica destruyó al amigo en cuestión. Si se quiere conservar la amistad siempre es bueno evitar la segunda categoría. Y si quiere mantener una amistad sólida, es bueno que la crítica a sus panas sea una excepción, no una regla.
Crítica culta: Es cuando alguien dice o escribe una burrada imperdonable. Ahí saltan varias personas “solidarias” a hacer una crítica supuestamente constructiva: no se dice hubieron se dice hubo, García Márquez no es un dramaturgo venezolano, Japón no queda en África. Y a veces se acompaña de una sonrisita solidaria que en realidad delata el pensamiento: que carajo(a) tan burro(a) vale. Esta crítica hace sentir superior a quien la hace y humillado-arrastrado-miserable a quien la recibe. Pero ni modo, siempre hay alguien dispuesto a someter a otro al escarnio público. Y con una sonrisita y que solidaria, además.
Crítica rebuscada: Esto es criticar por criticar. Aunque no haya motivos. Como cuando se critica a alguien por ser “demasiado bueno”. Las mujeres son muy dadas a la crítica rebuscada sobre todo cuando ven a otra mujer más bonita que ellas. Cuando ven a una mujer perfecta –por naturaleza, cirugía o photoshop- siempre añadirán algo como: “si te fijas bien bien, tiene algo de celulitis…”.
Crítica Shakesperiana: Aquí se crítica a alguien por ser o no ser. Y esto incluye de todo: desde preferencia sexual hasta postura política. Digamos que ser demasiado convencional, poco convencional o medianamente convencional genera sospechas. La triste realidad es que, siendo o no siendo, todos sin excepción nos convertiremos en blancos de crítica en algún momento. He ahí el dilema.
Crítica post mortem: Es raro pero hay gente pavosa a la que le encanta criticar a los muertos. Casi nunca pasa en los velorios, porque ese es el único momento en que todo el mundo se da el lujo de que lo consideren no bueno, sino buenísimo. Generalmente la crítica se da después, cuando ya todo pasó y la vida retoma su inevitable curso interrumpido por la muerte. Se empieza bajito, como para que el muerto no escuche, no vaya a ser que el espíritu todavía siga por allí. Y empieza: no es por nada, pero fulanito era tremendo. Y sigue por ahí. Los mas espirituales, para calmar la conciencia o por miedo a recibir un intempestivo halón de pies por la noche, siempre terminan religiosamente la crítica con un “hablo del cuerpo y no del alma”. Por si acaso.
Crítica histórica: Esta es derivada de la crítica post mortem, pero tiene tanta personalidad que merece un apartado. Hay gente, sobre todo la que se cree muy culta o intelectual, que critica a los personajes históricos. Que si ese Bolívar era un cobarde. Que ese Che que hace mirando al horizonte con cara de iluminado, como si nadie supiera que era un sanguinario. Que si Hitler fue el segundo anticristo. Y Napoleón el primero. Que si Marx jodió a todo el mundo y para siempre. En fin. La crítica histórica toca a todos lo que hayan hecho historia -aunque suene redundante-, incluso a los genios como Newton, a los que la mayoría de los estudiantes de bachillerato aborrecen, maldicen y ocasionalmente critican por su evidente falta de vida social. Aquí no importa si se habla del cuerpo o del alma: la mayoría murieron hace demasiado tiempo como para temerles aunque sea un poquito.
La metacrítica: La gente que critica a los que critican o a las críticas en general. Al parecer hacen lo mismo, pero con diferentes intenciones, aunque no se sabe si con iguales consecuencias. Los críticos de la crítica aún no han aprendido a luchar contra esta contradicción y generalmente se estrellan contra un irrefutable y aplastante “y si tú haces lo mismo ¿por qué criticas?”
Pero si bien criticar es un denominador común, no todo el mundo hace las mismas críticas. Hay unas que destruyen, otras que fastidian y las hay totalmente inocuas. Esta es una lista de los tipos de críticas más comunes y sus principales características, para reconocerlas y sobre todo, reconocerse en ellas. Si no le gusta la lista bien puede criticarla: de críticas está hecho este post.
Crítica lugar común: Todos los críticos caerán aunque sea una vez en esta categoría, porque es la crítica que todo el mundo hace. Buenos ejemplos de estas críticas son las que se le hacen a Ratzinger, Bush o Chávez, por poner unos ejemplos. Los objetos de esta crítica tienen que ser situaciones o personas que sean continuamente criticadas, así que no hay que devanarse los sesos inventando algo muy rebuscado para criticar. Eso sí, quien caiga en la crítica lugar común, que se olvide del título de original. Esa crítica la hacen todos, así que es una suerte de crítica popular. Y lo popular es muy normal en estos días, incluso más que criticar.
Crítica estética: Esto es criticar a alguien por su fisonomía o por su estilo y es una crítica bastante común, pero no lugar común porque los criticados no siempre son los mismos y las críticas no siempre son iguales. La crítica estética varía, porque los cánones de lo que es bello o no cambian con la clase social, la cultura y el tiempo. Así que hay esperanza para los que reciben la crítica, porque esa barriga prominente o las prendas que conforman ese armario vergonzoso pueden ser alabados en otro círculo social, en otro lugar o con menos suerte, dentro de muchos, muchos años.
Crítica E!: Esto es criticar a los artistas, generalmente de Hollywood, como si fueran conocidos o amigos íntimos. “¿Por qué Lindsay hizo esa estupidez?” “¡Que fea está Posh Spice!” y “Otra vez Britney”, son los comentarios que más suenan en las bocas de quienes critican a las estrellas hollywoodenses. Este es un buen ejemplo de críticas inocuas porque, por más que las critiquen, esas estrellas seguirán ganando los mismos millones, teniendo las mismas mansiones y con un poco más de suerte, manteniendo la misma fama. Claro, esto no aplica si se es un crítico respetado y reconocido, pero aquí no estamos hablando de expertos, sólo de aficionados.
Crítica entre panas: Esa crítica duele, pero se hace. Es cuando se critica a un amigo, por las razones que sea y a veces sin querer. La crítica al amigo viene acompañada de un ligero remordimiento de conciencia, si fue una crítica pequeña y de una resaca moral, si la crítica destruyó al amigo en cuestión. Si se quiere conservar la amistad siempre es bueno evitar la segunda categoría. Y si quiere mantener una amistad sólida, es bueno que la crítica a sus panas sea una excepción, no una regla.
Crítica culta: Es cuando alguien dice o escribe una burrada imperdonable. Ahí saltan varias personas “solidarias” a hacer una crítica supuestamente constructiva: no se dice hubieron se dice hubo, García Márquez no es un dramaturgo venezolano, Japón no queda en África. Y a veces se acompaña de una sonrisita solidaria que en realidad delata el pensamiento: que carajo(a) tan burro(a) vale. Esta crítica hace sentir superior a quien la hace y humillado-arrastrado-miserable a quien la recibe. Pero ni modo, siempre hay alguien dispuesto a someter a otro al escarnio público. Y con una sonrisita y que solidaria, además.
Crítica rebuscada: Esto es criticar por criticar. Aunque no haya motivos. Como cuando se critica a alguien por ser “demasiado bueno”. Las mujeres son muy dadas a la crítica rebuscada sobre todo cuando ven a otra mujer más bonita que ellas. Cuando ven a una mujer perfecta –por naturaleza, cirugía o photoshop- siempre añadirán algo como: “si te fijas bien bien, tiene algo de celulitis…”.
Crítica Shakesperiana: Aquí se crítica a alguien por ser o no ser. Y esto incluye de todo: desde preferencia sexual hasta postura política. Digamos que ser demasiado convencional, poco convencional o medianamente convencional genera sospechas. La triste realidad es que, siendo o no siendo, todos sin excepción nos convertiremos en blancos de crítica en algún momento. He ahí el dilema.
Crítica post mortem: Es raro pero hay gente pavosa a la que le encanta criticar a los muertos. Casi nunca pasa en los velorios, porque ese es el único momento en que todo el mundo se da el lujo de que lo consideren no bueno, sino buenísimo. Generalmente la crítica se da después, cuando ya todo pasó y la vida retoma su inevitable curso interrumpido por la muerte. Se empieza bajito, como para que el muerto no escuche, no vaya a ser que el espíritu todavía siga por allí. Y empieza: no es por nada, pero fulanito era tremendo. Y sigue por ahí. Los mas espirituales, para calmar la conciencia o por miedo a recibir un intempestivo halón de pies por la noche, siempre terminan religiosamente la crítica con un “hablo del cuerpo y no del alma”. Por si acaso.
Crítica histórica: Esta es derivada de la crítica post mortem, pero tiene tanta personalidad que merece un apartado. Hay gente, sobre todo la que se cree muy culta o intelectual, que critica a los personajes históricos. Que si ese Bolívar era un cobarde. Que ese Che que hace mirando al horizonte con cara de iluminado, como si nadie supiera que era un sanguinario. Que si Hitler fue el segundo anticristo. Y Napoleón el primero. Que si Marx jodió a todo el mundo y para siempre. En fin. La crítica histórica toca a todos lo que hayan hecho historia -aunque suene redundante-, incluso a los genios como Newton, a los que la mayoría de los estudiantes de bachillerato aborrecen, maldicen y ocasionalmente critican por su evidente falta de vida social. Aquí no importa si se habla del cuerpo o del alma: la mayoría murieron hace demasiado tiempo como para temerles aunque sea un poquito.
La metacrítica: La gente que critica a los que critican o a las críticas en general. Al parecer hacen lo mismo, pero con diferentes intenciones, aunque no se sabe si con iguales consecuencias. Los críticos de la crítica aún no han aprendido a luchar contra esta contradicción y generalmente se estrellan contra un irrefutable y aplastante “y si tú haces lo mismo ¿por qué criticas?”
Joanna
Holaaa amiga... me gusto mucho, amiga.. Es muy bueno, amiga.. Ojalá, amiga, y lo lean las personas que nos critican por decirnos amiga, amiga. Por fin leí tu blog, amiga... Y me encantó AMIGAAAAAAAA... OK BASTA, hablando en serio, está muy bueno Joa...
ResponderEliminarHolaaa amiga... me gusto mucho, amiga.. Es muy bueno, amiga.. Ojalá, amiga, y lo lean las personas que nos critican por decirnos amiga, amiga. Por fin leí tu blog, amiga... Y me encantó AMIGAAAAAAAA... Bueno YA BASTA. Hablando en serio, está buenisimo Joa :)
ResponderEliminarBucci:
ResponderEliminarAmiga, no hay que pararle a la gente que nos critique por decirnos amiga, esa es una crítica rebuscada amiga. Gracias por tus palabras amiga :) Y mosca que Mariangélica te quiere imitar, también se metió en mi blog y me está llamando amiga.
Saludos
Joa
AMIGAAAAAAAAAAAA Jajajaja qué tontería! Se la viven diciendo "AMIGA" jajajaja qué divertido esto, en lo que sí concordamos es que el blog está buenísimo!
ResponderEliminarAy amiga cómo me he divertido leyendo tu blog, de verdad que eres una biblioteca andante, cómo es posible tanto conocimiento junto en un cuerpito tan menudo? Jejeje, no vale de verdad, excelente, el tipo de lectura que necesitaba. Gracias AMIGAAAAA!!
ResponderEliminarJejeje me encanta haberte hecho leer Manu, pensaste que te ibas a salvar por qué no haríamos la tesis juntos?? Pues no! Mentira, de verdad me alegra que te haya gustado AMIIIGOOO (de eso tampoco te vas a librar jejeje)
ResponderEliminarBesos!!
Joa
Joa buen ejercicio para aprehender un fenómeno de por sí consubstancial a la especie, agregaría la "crítica celeste", que es la que practica el Altísimo y por eso nos condena al cielo, purgatorio e infierno...De cualquier manera, como decía el sr Huxley, no olvides que "Cuando el individuo siente la comunidad se resiente"
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