"Los hombres son todos distintos, aunque compartan la misma
fe"
Los topos de Eduardo Liendo no es solo una historia sobre la
guerrilla en Venezuela durante los años sesenta, sino también es el testimonio
de una nostalgia colectiva y de unos sueños aplastados, en parte, por los
mismos soñadores.
La historia se centra en Armando y sus compañeros de lucha quieren destituir el sistema establecido y consolidar uno completamente
diferente, revolucionario. La historia se desarrolla en tres escenarios distintos
que brindan varias visiones de la vida del protagonista.
El primero se enfoca en la vida en la cárcel. Armando y sus
compañeros, quienes están presos por sus actividades guerrilleras, deben asumir
con paciencia y dignidad las vejaciones a las que se ven sometidos por algunos
carceleros y por la misma dinámica del lugar. Sin embargo, no se resignan: han
estado en varias cárceles y en todas han buscado la manera de escapar. Algunos
lo han logrado y por eso los demás no pierden la esperanza. De tanto estar en
túneles, sucios de tierra, abrigados por la oscuridad y amenazados por la falta
de aire, estos hombres emprenden la labor de topos pues es su única esperanza
de conseguir la libertad.
En el segundo se describe la vida en un campamento guerrillero en la
montaña y la imposibilidad de algunos para adaptarse a ella. Aunque todos están
dispuestos a pelear y morir por la causa, pocos soportan las inclemencias del
clima, los zarpazos del hambre y la falta de sueño. Aunque hay deseos de gloria
y aspiraciones heroicas, el fracaso se anticipa inevitable.
Una tercera visión nos acerca a un Armando que ya no está en la
cárcel, que recuerda con nostalgia su pasado guerrillero y que escribe sus
vivencias aunque no sepa con exactitud porque lo está haciendo. Lo aclara desde
el principio: “En realidad, nada me obliga a contar esta historia. Lo hago,
quizá, para medio espantar algunos rebullones que siempre me rondan. Puede ser
también para complacer a los muchachos que cuando me encuentran por ahí nunca
se olvidan de decirme: <<¿Y por fin, cuándo vas a escribir aquella
historia>>”. Ya sea por compromiso o para exorcizar demonios, él la
escribe y nosotros la leemos.
Los topos es una novela testimonio. Eduardo Liendo comparte con su
protagonista el pasado guerrillero y los años en la cárcel. En realidad nos
está contando gran parte de su historia y, aunque no es posible saber qué sucedió
en la realidad y qué es producto de la ficción, da la impresión de que es
mayormente un relato verídico al que
solo se le han cambiado algunos nombres.
Ésta es una obra que todos los venezolanos deberíamos leer para comprender el momento
actual que vivimos. Los topos brinda pistas sobre una época que está teniendo
consecuencias en la actualidad. Nuestro presente, de alguna manera, ya estaba
escrito. Hay un fragmento de esta obra, escrita en 1975, que no puedo dejar de transcribir y que parece una predicción:
“Pienso que del vientre del mar surgirán muchas olas, algunas de ellas, nadie
sabe cuándo, será lo suficientemente poderosa como para saltar el gran
rompeolas de la burguesía y llegar a la playa. Ojalá que sea una hermosa
revolución. Ojalá no haya entonces ninguna razón para añorar un pasado injusto
e imperfecto”.
Joanna Ruiz Méndez